En la profesión de restaurador, no siempre puede venir la obra al taller para su tratamiento y es habitual que tengamos que desplazarnos a trabajar allí donde está …si la montaña no viene a Mahoma…
Es por eso que este último mes y hasta el mes de Enero, estamos embarcadas en un bonito proyecto que nos tiene alejadas de nuestro taller en la falperra por las mañanas. Sentimos mucho las molestias que eso pueda causar, pero el esfuerzo merece la pena, y podéis encontrarnos por las tardes como siempre!
En este proyecto afrontamos al mismo tiempo y en el mismo espacio, la restauración de numerosas obras con soportes y materiales diferentes; muebles, pintura sobre tela, sobre metal y sobre madera, escultura policromada, dorado, metal… 😉 ésto es precisamente lo que lo convierte en complicado y a la vez emocionante…nos gustan los retos!!
Os cuento todo esto, porque es precisamente al ponerme a revisar y organizar las fotos del proceso de restauración que estamos realizando con cada obra, para reflejarlo en su informe, cuando me doy cuenta de la cantidad de detalles importantes que habitualmente no se ven…
A menudo parece que lo único que importa es la foto del antes y el después, pero hay mucho trabajo multidisciplinar detrás de cada restauración. Y lo realmente genial es cuando lo hacemos en equipo, aportando cada uno lo mejor de si.
Todas estas fotos corresponden a algunos de los trabajos de este proyecto, pronto os enseñaremos el resultado…porque al fin y al cabo el antes y el después también importan! jejeje